Wednesday, May 15, 2013

La nota mala de la canción de Madrid


Caminando por las calles de Madrid, oyes los instrumentos del ritmo de la vida madrileña. Los coches pasan por la calle haciendo un ruido fluido con sus ruedas y el sonido de los barman preparando café con leche hace un eco en todas las calles de todos los barrios de la ciudad. La gente es el instrumento más importante en esta sinfonía urbana, hablando rápidamente en la lengua que la da su identidad, el español. Cuando estoy escuchando a madrileños hablando, sus palabras fluyen como una canción  suave de la que puedo simplemente disfrutar los sonidos extraños que crean un ritmo relajante, cuando de repente una palabra cae en los oídos como una nota fuera de tono y rompe el ritmo de la melodía de la conversación: “chino”.
            “Chino” es la lengua de China o una persona que es de China, pero en España tiene otro sentido. Un chino es cualquier persona asiática o una tiendita de alimentos. Los madrileños van al chino para comprar cerveza o algo para picar.  Las conversaciones con los chinos no duran más de lo que es necesario para realizar un pedido o hacer una pregunta. Los españoles no saben nada de los “chinos” y por eso los llaman así. De la incógnita nacen rumores y estereotipos y por esta razón existe la idea de que los chinos en España no mueren.
            Hay libros y artículos y un gran cantidad de investigaciones sobre adónde van los chinos cuando mueren. El gobierno español no tiene sus documentos, tampoco los cuerpos y esto ha creado un misterio urbano entre los ciudadanos. Pero, contrariamente a los rumores, hay muchas explicaciones posibles y simples que resuelvan este misterio. Muchos de los chinos de España son muy jovenes. Vienen a España buscando trabajo, prosperidad, y una vida mejor que la que pueden obtener en sus propios países. Por eso abren tienditas, “chinos,” porque en estas empresas pequeñitas hay promesa y esperanza. Es posible que después de que ganen el dinero que necesitan, se vuelven a sus propios países, y por eso no mueren en España. Otra explicación es que sólo quieren ser enterrados en sus patrias. Por lo tanto, el misterio se desarrolla. El misterio no es sobre la muerte de los chinos, sino por el racismo de los españoles contra los asiáticos.
              El problema es cómo ven los españoles a los chinos. Toda la ciudad es una orquesta. Una orquesta no funciona sin todas sus partes, si son grandes o pequeñas todas son necesarias para mantener un ritmo y crear una melodía. La palabra “chino” suena como una nota fuera de tono, pero no porque es una palabra mala, sólo porque no se está usando correctamente. Los asiáticos, o “chinos”, no son producto de un misterio incomprensible, son como todas las partes de Madrid, un instrumento. Si los madrileños cambian su imagen de los asiáticos, pueden embellecer la melodía ya hermosa de Madrid.      

No comments:

Post a Comment